Vanessa Barbery, estratega digital, nos compartió un artículo sobre ¿Qué hacer con los stoppers de ideas?
A todos nos ha pasado: proponemos algo nuevo y diferente y enseguida hay unos cuantos que saltan y se niegan. O peor aún, que dicen que les gusta nuestra idea y después entorpecen el proyecto. Estos son los famosos “stoppers” y muchas veces pueden verse como los enemigos de las Ideas en tu empresa. Y aunque a veces si lo son, otras veces tienen una buena justificación y hay que saber escucharlos.
Es importante que detectemos, antes que nada, qué clase de STOPPER es la persona en cuestión y en base a eso, decidamos como actuar.
- Existen stoppers que bloquean proyectos por cuidar su metro cuadrado: para que no se les roben el spotlight, para no salir de su confort zone, para no dejar brillar a otros o simplemente por disgustos personales con otras personas. Este tipo de personas son muy peligrosas, ya que no piensan en el bien común sino únicamente en ellos mismos. Con estas personas es muy difícil innovar, ya que no consideran el bien colectivo ni buscan lo mejor para la organización.
- El que ya lleva tiempo haciendo las cosas de una forma: A veces son gerentes o directores con años en la compañía. Encontraron una fórmula exitosa y ahora se les hace difícil despojarse de ella. A este tipo de stoppers hay que ESCUCHARLOS. Ellos en algún momento llevaron a la compañía al éxito y si combinamos esa experiencia con nuevas ideas en tu empresa, el resultado podría ser muy poderoso. Escuchemos a qué le temen, qué los detiene. No nos cerremos a pensar de forma básica: “él es chapado a la antigua, por eso no me entiende” “él no sabe de estas nuevas tendencias”. Al decirnos estas cosas, estamos siendo igual o más cerrados que nuestra contraparte. Con humildad digamos “Voy a escuchar y a entender su punto de vista. Capaz yo estoy equivocado y quiero descubrir si es así”
- El que tiene miedo de que lo desplacen: Este tipo de Stopper hay que manejarlo con empatía y transparencia. Él teme dejar de ser parte y muchas veces lo refleja poniéndose a la defensiva con nuevas ideas. Aquí, el primer recurso es conversar con honestidad, escuchar sus preocupaciones y buscar la forma de encontrar sinergias entre ambos si es posible. El momento, en el que él sienta que es parte del proyecto y del éxito, lo convertiremos en un aliado. (He aquí el desafío de crear una cultura organizacional donde el éxito se sienta de forma colectiva).
- El que está desanimado: Ha intentado varias veces hacer cambios, implementar cosas nuevas y no ha podido. De tanto intentar ya se encuentra cansado y desmotivado. Cuando escucha sobre algún proyecto nuevo, pasa por su mente los fracasos y el cansancio que acarrea llevar a cabo iniciativas nuevas y por eso bloquea esta posibilidad. A este stopper es importante escucharlo, entender cuáles son sus puntos de dolor y detectar qué fue lo que salió mal. Muchas veces es solucionable o simplemente fue un tema de mala gestión. Otras, veces, realmente son cosas que han salido mal, y esa retroalimentación nos puede servir mucho como para no cometer el mismo error.

En la era de la innovación, es muy común echarle un “zapatazo” al que no se quiere embarcar en algo nuevo. Yo, en lo personal, me he encontrado en situaciones en las que he querido hacerlo con aquellos que no apoyan los cambios o las nuevas iniciativas, pero me freno e intento entender a esa persona y a sus Ideas en tu empresa.
Más gano yo al ponerme en sus zapatos y escucharlo, que al ponerme a la defensiva. Más aprendo al entender su punto de vista, que al simplemente alegar que él está mal y yo estoy bien.
Y recuerden: Los comités, las reuniones y los directorios NO DEBEN ser un juego para ver quien tiene razón. Son dinámicas para encontrar LO MEJOR para la organización.
Autor: Vanessa Barbery es una estratega digital, comunicadora, networker y emprendedora de Guayaquil, Ecuador. Actualmente lidera proyectos de Transformación Digital e Innovación para Claro Ecuador, en el sector de las telecomunicaciones. 2018