Deloitte, una consultora financiera, lo llama al “desastre debajo de la cama”. Pero para muchas compañías, la Contabilidad Intercompañía (ICA) ya no es solo un desastre. Es un monstruo.
El aumento exponencial del volumen de transacciones, el ritmo frenético de los negocios y las regulaciones fiscales que cambian rápidamente han transformado la contabilidad intercompañía de un proceso desordenado e incómodo a uno que expone a las empresas a un nivel aterrador de riesgo y reexpresión de los estados financieros. (Los problemas intercompañía son una de las principales razones para la reexpresión).
Sin embargo, las consecuencias a largo plazo incluyen más que la reemisión de los estados financieros. Las empresas que no manejan los procesos ICA corren el riesgo de deteriorar la confianza de los accionistas y perder oportunidades clave en el mercado.
Las prácticas ICA ineficaces, propensas a errores y que consumen mucho tiempo agotan los presupuestos operativos y llevan a los equipos de contabilidad, finanzas y tesorería a dedicar más tiempo a agregar datos, corregir errores, reconciliar datos y administrar manualmente complejos requisitos de informes.
Deloitte y BlackLine dieron recientemente un taller en el que los asistentes se alinearon en gran medida con los principales desafíos a los que se enfrentan hoy en día:
- La falta o aplicación deficiente del gobierno y la política relacionados con las transacciones entre empresas. Se pensó que esto probablemente se debía a una falta de comprensión de la complejidad de los procesos intercompañía.
- Poco conocimiento de los saldos intercompañía y visibilidad limitada de los detalles de transacción de la contraparte debido a actividades fuera del sistema.
- Una lucha para cumplir adecuadamente los requisitos reglamentarios, como las nuevas regulaciones 385, BEPS y otras reglamentaciones que afectan tanto a las operaciones como a los informes.
- Aumento de los costos operativos a medida que los financieros luchan por mantenerse al día con las crecientes cantidades de datos y requisitos de documentación, a la vez que necesitan identificar y corregir las discrepancias.
Para muchas empresas, ICA no es solo complejo, sino más bien un proceso complicado, intrincado, mal invertido e incomprendido que implica soluciones manuales, reconciliaciones forzadas y correcciones posteriores al hecho. En la Encuesta de Contabilidad y Gestión de Procesos Intercompany de Deloitte, el 54% de los encuestados todavía dependen del procesamiento manual intercompañía, el 47% solo capacidades de compensación ad hoc y el 30% reportaron posiciones desequilibradas significativas.
Los procesos de ICA han sido complejos, incomprendidos e insuficientemente invertidos, lo que resulta en ineficiencias y falta de transparencia. Sin embargo, con el aumento de las consideraciones reglamentarias y la explosión de los volúmenes de datos, se ha puesto de manifiesto un enfoque en este proceso, a menudo pasado por alto, que está maduro para la transformación.
Este desafío de datos es real para muchas organizaciones, si no para la mayoría. Los datos intercompañía rara vez son la variedad de jardín, cosas sencillas que se encuentran en la hoja de cálculo promedio. En cambio, se trata de datos altamente complejos generados en diferentes monedas, desde múltiples ERP, desde países con diferentes regulaciones y que son manejados fuera de línea por colegas de todo el mundo y en diferentes funciones.
Algunas empresas ahora están formalizando su enfoque de gobernanza de ICA, asegurando que consideren a las personas, procesos y habilitadores de tecnología en todo el proceso de extremo a extremo. BlackLine Intercompany Hub es una de las soluciones que puede ayudar a proporcionar la visibilidad y el control necesarios sobre ICA para desentrañar este proceso y dejar al monstruo en reposo.
Blog original: Blackline. Intercomapy. Basado en datos recabados de Deloitte. 2021